MoRE

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Descripción

El proyecto de Movilidad Rural Eléctrica nace de la observación de que las necesidades de movilidad en las zonas rurales son distintas a las de las zonas urbanas y de que las soluciones globales, por lo general, no son trasladables a estas zonas rurales. La dispersión de su población, su envejecimiento y falta de digitalización, el déficit de recursos, de infraestructuras… y en general la existencia de necesidades diferentes, dificulta su movilidad y la hace menos sostenible incrementando, entre otros, el riesgo de despoblación de estas áreas.

Se estima que existen aproximadamente 8 millones de vehículos de combustión en zonas rurales de los cuales casi el 30% ya ha alcanzado los 20 años de edad, y 3 de cada 4 superan los 10 años de edad. Sin embargo, el 94% de la población de estas zonas no se ha planteado adquirir un coche más ecológico en los próximos años.

El principal reto que hay que asumir en estas zonas es la concienciación, dar a conocer que la movilidad sostenible puede atraer grandes oportunidades para el medio rural.

Y en este camino hacia la movilidad sostenible deben involucrarse tanto los Ayuntamientos como los ciudadanos. Los primeros, sentando las bases para que el territorio dé respaldo y cobertura a las necesidades que pueda plantear la implantación del vehículo eléctrico, y los segundos, comprometiéndose con las nuevas alternativas a la movilidad y a su beneficioso impacto en la salud de las personas y en el cambio climático.

Con este proyecto se pretende concienciar a la población rural, a través de sus Ayuntamientos, de las ventajas de la movilidad eléctrica dando ejemplo con la instalación de cargadores de bajo coste y fácil operación en las distintas localidades rurales de cada Ayuntamiento y proveerlas de uno o más vehículos eléctricos adaptados a sus necesidades para comprobar de primera mano que la movilidad sostenible y el medio rural son totalmente compatibles.